miércoles, 22 de enero de 2014

10 errores más comunes al vestir a los niños

Los niños y niñas de cualquier edad se mueven y realizan una intensa actividad diaria. Para que puedan hacerla libremente, deben estar cómodos y seguros con su ropa. Además, su atuendo debe hacerles sentir a gusto consigo mismos, integrarles en la comunidad en la que están, no distinguirles en exceso y en negativo de los demás, y evitar que nadie les mire o ridiculice por su aspecto.

Hay errores muy básicos que los padres cometemos al vestir a los niños, y que pueden incidir en su comportamiento o actividad cotidiana. La ropa puede ayudar a que sean felices, pero también puede provocarles disgustos. ¡Vamos a tratar de evitarlos!

1. Ropa incómoda
La ropa de los niños, desde que van a la escuela infantil o kínder, debe ser cómoda. Los más pequeños realizan muchas actividades de aprendizaje y desarrollan las habilidades básicas, como comer, expresarse con manos y pies, pintar, ir al baño… Con unos zapatos que no les ajustan bien o les hacen daño, con pantalones jeans estrechos que no pueden bajarse a tiempo en el baño, con petos, faldas, vestidos y leotardos, o ropa demasiado delicada o vaporosa, se sentirán incómodos, no integrados e infelices.
Para que siempre pasen un buen día, la ropa debe ser adecuada a la actividad que realicen, como ir a la escuela infantil, o de visita los domingos.

2. Ropa insegura
Si la ropa es cómoda para ellos, también será segura. Si no pierden un zapato no se caerán corriendo. La ropa puede ser causa o medio para que se produzcan accidentes de todo tipo, como que se orinen encima, tropiecen, o se enganchen en juegos o columpios. Su seguridad, debe ser prioritaria. En este sentido, hay que vigilar también la idoneidad de cierres, cremalleras, botones, cordones y corchetes. Cuanto más sencillos de manejar, mejor. La ropa debe ser flexible y fácil de quitar y poner.

3. Disfrazados a diario
Por mucho que queramos estimular su imaginación, no debemos vestirles constantemente como si fueran disfrazados. Los niños deben aprender a vestir de una forma normal y adecuada a la actividad que realicen, e ir con el traje de princesa al colegio, o como si fuera un papá que va a la oficina, con su corbata y todo, no es lo más recomendable, por mucho que a ellos les encante.
Puede que los padres gusten de vestir a sus hijos con estilos muy marcados (rockeros, góticos) pero lo oportuno sería hacerlo en días o momentos puntuales, y esperar a que los niños desarrollen sus propios gustos, para que decidan si con esa ropa se sienten bien ante su grupo de amigos.

4. Sin estilo o mal combinados
Que sean niños, no significa que pueden ir vestidos de cualquier manera. Las normas de estilo básicas, aceptadas socialmente por la mayoría, se pueden trasgredir cuando son más mayorcitos o adolescentes, y defienden con su ropa la identidad que están buscando.
Mientras les visten los padres, hay que procurar no poner calcetines con sandalias, no mezclar una camisa de vestir con unos pantalones deportivos, o unas deportivas de fútbol con unblazer. Tampoco queda bien una falda sobre unos jeans, o una blusa con un gran estampado y una falda con otro gran estampado distinto.
Enseñarles a combinar y vestir adecuadamente es fácil si se les aplica las mismas máximas de corrección y estilo que utilizan los mayores para vestirse ellos.

5. Ropa sexuada
Por mucho que nos guste vestirles como caballeritos y señoritas, existe ropa infantil con la que parecen mayores, que no se ajusta a los lógicos criterios del decoro en edad infantil. Una niña no debe llevar una blusa que parezca un corsé, ni un pequeño debe ir vestido como si trabajara en un local nocturno. Hay que evitar que la ropa infantil se vea demasiado “sexuada” o sexy. Ya tendrán tiempo de mayores.

6. Materiales inadecuados
El algodón o el lino son las telas más apropiadas para la ropa infantil. En ocasiones especiales, como en fiestas familiares o de disfraces, se pueden utilizar tejidos más vaporosos e incómodos, o más artificiales, que no dejan transpirar. Pero debe ser excepcional. Lo mismo ocurre con adornos como las lentejuelas, la licra y las prendas ajustadas, o los tintes de mala calidad, que les manchen o puedan producirles intoxicaciones.
La ropa con manchas permanentes, o deteriorada, también debe ser desechada, por seguridad, y por imagen.

7. Colores en su punto
Vestir a los niños con colores, incluso muy vivos, es adecuado para que se sientan alegres y estimulados. Sin embargo, no hay que pasarse. No se trata de que un niño o niña vaya al colegio como si fuera un cuadro impresionista. También en la utilización del color y su combinación debemos tener cuidado.
Un exceso de cromatismo en cuanto a cantidad e intensidad, puede hacer que llame la atención de una forma negativa. La misma norma se puede aplicar al contrario. Los niños no deberían ir vestidos de manera monocromática, o aburrida, con un abuso de los blancos, los negros y los grises.

8. Talla equivocada
Llevar la ropa o el calzado que se les ha quedado pequeña no sólo es incómodo e inseguro para ellos, sino que puede generarles, incluso, pequeñas lesiones o problemas de salud. Llevar la ropa más grande de su talla también es incómodo, aunque más sencillo de solucionar, haciendo pequeños arreglos de costura , que se pueden deshacer cuando crecen, como meter los dobladillos.

9. Ignorar el clima
Por muy cómodos y guapos que estén, no deben llevar zapatillas de tela en época de lluvia. Ni se debe abrigarles en exceso, ni creer que con varias capas de ropa de primavera pueden luchar contra el frío. Los niños deben llevar la ropa que les preserve del frío y otras inclemencias, y vestir con prendas ligeras y frescas cuando hace calor. Sobre todo cuando son más pequeños y no tienen autonomía para quitarse o ponerse ropa que les esté incomodando. Y deben tener prendas suficientes, para prever manchas, roturas y accidentes.

10. Moda mal interpretada
Se puede controlar que los niños no parezcan anuncios andantes cuando podemos vestirles con ropa de marca. No es del todo bueno para su educación que se distinga por ello y aprenda a “presumir” de nivel adquisitivo. Si un día no se le puede vestir con marcas, lo puede pasar muy mal.
Lo mismo ocurre al contrario, si su entorno viste con algo más que “trapillo” o ropa de gran superficie, podemos buscar ropa de marca y calidad de segunda mano para que pueda tener de todo en su armario. Escuchar a los hijos sobre sus gustos e informarse sobre qué se lleva entre sus amistades, ayuda a tener una interpretación afín a la suya en cuanto a la moda, y cómo quieren vestirse.

Fuente: About.com

miércoles, 15 de enero de 2014

Los mejores consejos para colaborar con los maestros de su niño

Ambos, padres y maestros, tenemos una meta en común, que los niños y jóvenes obtengan la mejor educación posible. A continuación un listado de los 10 mejores consejos que sirven para fomentar una relación positiva y de apoyo con los maestros de su niño.

1. Ayude a los maestros a que conozcan a su niño.
Cuéntales a los maestros sobre la personalidad de su niño, lo que le gusta y lo que le disgusta, sus debilidades, los rasgos de su personalidad, y sus expectativas para el futuro de su niño. Cuanto más sepa la maestra acerca de la personalidad de su niño, mejor podrá encarar su situación específica.

2. Colabore.
Trate a los maestros de su niño como integrantes de su equipo. Pídales ayuda y estrategias para practicar con su niño en casa - y ¡aplíquelas! Los maestros valoran que los padres cumplan con su parte.

3. ¡Comuníquese, comuníquese, comuníquese!
Ya sea por correo electrónico, por teléfono, notas o en persona, los padres hacen un continuo esfuerzo para mantenerse en contacto con los maestros de sus niños.

4. Mantenga la calma.
Trata de ser lo más positiva posible cuando colabores con los maestros de su hijo o hija. También déjales saber que entiendes perfectamente que trabajar con un niño que necesita más atención no siempre es fácil, especialmente cuando están tratando de atender las necesidades del resto de los alumnos.
Recuerda mantener la calma, si tu niño quiere que intervengas en la escuela, pídele que escriba una lista sobre lo que quiere que hables con la maestra.

5. Póngalo por escrito.
La mejor manera de formar un equipo con los maestros de su hijo o hija es poner todo por escrito y documentar los pedidos, preguntas y notas. Así siempre estarán preparados para las reuniones trimestrales basándonos en la documentación entregada y recibida de cada maestro.

6. Únase a otros para ayudar a su hijo a organizarse.
Juntos, usted y los maestros de su niño pueden ayudar al niño a organizarse.

7. Participe en el aula.
Mostrar interés por otras cosas más allá de su niño ayuda a fomentar la relación con la maestra. Nada reemplaza el beneficio de estar presente en el aula.




8. Endulce la relación.
Demuéstreles a los maestros que está agradecida. Cómpreles obsequios y tarjetas. Pregúnteles - con sinceridad - cómo están. Regáleles cosas de uso personal.

9. Aumente el conocimiento del maestro sobre los problemas de atención y de aprendizaje.
Los maestros tienen muchas cosas que hacer, especialmente los maestros de educación general, que deben cubrir un programa de estudios con todo tipo de alumnos. Usted puede ayudarles a ampliar su conocimiento sobre los problemas de aprendizaje dándoles información bien fundamentada por estudios.

10. Conozca sus derechos y sus responsabilidades.

Lo mejor que pueden hacer los padres de un niño con necesidades especiales, es aprender las reglas y las leyes que gobiernan las escuelas. Averigüe cuáles son las responsabilidades de la escuela - y luego asegúrese de que comprende sus propias responsabilidades.