Llego la temporada de Semana Santa 2013, si aun no tienes planes chequea estas opciones para viajar con bebés y niños ;)
Viajar a la playa con
bebés y niños
La estrella de los viajes vacacionales es la playa. Para que
nuestra estancia en la playa sea divertida y saludable, no debemos olvidar en
la maleta los protectores solares, ropa adecuada, lentes de sol y sombrilla.
Pero sobre todo evita las horas centrales del día al sol.
Este consejo forma parte de las precauciones básicas para protegerse de las
radiaciones solares y prevenir un golpe de calor. A los bebés y niños hay que
manternerlos bien hidratados en todo momento, pues son más sensibles a la falta
de líquidos.
No es conveniente pasar demasiado tiempo en la playa, pero
en cualquier caso, si llevamos comida hay que conservarla en buenas
condiciones, protegiendo los alimentos del calor, en una nevera portátil. Como
hemos comentado anteriormente, es imprescindible que llevemos una buena
cantidad de agua para hidratarnos.
Viajar a ciudades con
bebés y niños.
Los viajes a ciudades con bebés y niños son una experiencia genial y cómoda pues encontramos todas las facilidades y entretenimiento
para todos los públicos.
En la ciudad no están restringidos ni los museos ni los
parques infantiles, hay tiempo para cada cosa y siempre adaptando nuestra
visita a las necesidades y gustos del niño.
En cuanto a los museos, muchos de ellos tienen recursos y
visitas adaptadas a los más pequeños, una buena manera de que disfruten de la
visita.
Viajar al campo o
montaña
El campo y la montaña son
destinos adecuados para hacer actividades como senderismo, o simplemente pasear
rodeado de naturaleza, observando la fauna propia del lugar.
A los niños les suele encantar este tipo de viajes en los
que le entretenimiento es el entorno. Además, la mayoría de estos destinos
están preparados para los niños, con actividades pensadas para ellos (paseos en
bicicleta, en caballos, pequeños parques con animales…). Un viaje tranquilo,
para disfrutar del entorno, en el que las casas rurales son las protagonistas
como modo de alojamiento.
En estos viajes tienen que ir preparados con calzado cómodo y lociones contra los insectos que pueda
haber, como mosquitos. Para nuestras excursiones,
imprescindible llevar los alimentos y líquidos necesarios, así como protegerse
del sol y hacer los descansos pertinentes.
Los bebés y niños siempre deben tener una ascensión lenta
para darles tiempo a que su cuerpo se aclimate a la menor presión. Aunque no
tengan edad de esquiar, pueden disfrutar jugando con la nieve o en el trineo, o
simplemente paseando con los padres.
No necesitamos otra precaución que la necesaria para
proteger a los pequeños del frío y también de las radiaciones solares. Y, por
supuesto, de las caídas en la nieve, para lo cual deberán llevar calzado
adecuado y nosotros acompañarlos en todo momento.
Fuente: Bebé y más